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MINDFULNESS

La primera vez que tuve conocimiento sobre Mindfulness fue en Barcelona hace ya unos cuantos años. Recuerdo que, inmersa como siempre en algún curso de perfil de inglés me dispuse a analizar el término: Mind (Mente) Fulness (plenitud).

No entendía muy bien de que iba el tema, por lo que mi espíritu curioso me impulsó a apuntarme a aquel curso que seguro algo me aportaría. Y así fue. Mi poso de aquella experiencia me trae recuerdos de aprendizaje, me recordó en algunos aspectos a la meditación, a relajarse sin perder la concentración, a mantener el foco.

Me resultó fácil en el aspecto de “observar” más allá de lo obvio, de la realidad que tenemos delante, ya que a mí de siempre me gusta hacerlo. Recuerdo que cuando vivía en Barcelona y me llevaban de paquete en moto, me gustaba observar los altos de los edificios, salir de la vorágine de gente que me rodeaba y mirar que pasaba por las alturas, descubrir esos pequeños remansos de paz que dominaban la locura de las calles de la ciudad mientras yo me desplazaba a esa velocidad que imperaba en la vida urbana.

Recordando el curso en si no puedo evitar sonreír y recordar lo mucho que me desesperé realizando uno de los ejercicios que consistía simplemente en respirar tranquila y percibir desde los sentidos una uva pasa… Una uva pasa! Mirarla sobre la palma de mi mano (un buen rato) observar su superficie rugosa (un rato más) sentir su tacto (otro más), su gusto en la boca, masticarla, su textura, etc, etc… asi durante 5 minutos que recuerdo se me hicieron eteeeernos. No conseguía entender el ejercicio, no conseguía relajarme sino todo lo contrario! exasperarme y querer abandonar. Era una sensación similar a cuando comencé a practicar Yoga y tenía que permanecer con la mente en blanco y automáticamente mi cabeza se ponía en marcha a elaborar la lista de la compra que tenía que hacer o a luchar con el tránsito de pensamientos que marchaban a sus anchas en hora punta.

¿Qué pasaba conmigo? Era incapaz de PARAR? En definitiva, estaba ofreciendo resistencia, no me estaba dejando fluir con el momento y mi mente racional gobernaba la situación.

Pasados los años, puedo hablar ahora de los enormes beneficios que el Mindfulness ofrece. Como definición podría decir algo así como que es prestar atención a lo que ocurre, dentro y fuera de nosotros, es darnos cuenta de qué estamos pensando, cómo estamos respirando, que estamos sintiendo, qué sonidos nos rodean… Tomo conciencia de lo que ocurre sin juzgar y sin valorar. Lo percibo todo desde una actitud amable, aceptando simplemente lo que pasa, tal y como es.

Atención plena.

Es mi definición, como lo entiendo yo en un enfoque simple y sencillo para entender las bases del Mindfulness. Lo practico desde hace tiempo, lo recomiendo y lo introduzco y mantengo como parte de la terapia que ofrezco a mis pacientes.

Dentro de los beneficios que se obtienen, más allá del básico de aprender a relajarnos, nos ayuda a gestionar el estrés, hacer frente al insomnio, aumentar la concentración en el estudio, reforzar la seguridad en uno mismo, hacer frente a los nervios de una entrevista de trabajo, un examen, relaciones personales, gestionar de manera positiva nuestras emociones, aumentar nuestra intuición, ser más imaginativos, ser más tolerantes, aumentar nuestra capacidad de adaptación y un largo etc…
Si aprendemos a utilizar nuestra mente de una manera eficiente, si conseguimos acompañar a nuestra respiración y relajar nuestro cuerpo, tenemos ya muchísimo! A priori parecen muchas cosas pero si se practica (recuérdame con la uva pasa y con mi mente en danza mientras hacía una asana de Yoga…) se consigue!

¿Qué te parece?

Podemos empezar hoy con un ejercicio muy sencillo: Si tienes que esperar a que llegue alguien a reunirse contigo, o hacer cola en un establecimiento, o esperar a que venga tu tren… Primero de todo guarda el móvil, comienza a observar tu respiración e intenta respirar (sin forzar) abdominalmente, mientras percibes como tu sistema nervioso se relaja con cada respiración tranquila y calmada. Observa lo que ocurre alrededor, baja la velocidad de percepción, observa que elementos te rodean, como es la luz de ese momento, a qué huele, que temperatura hace, piensa que todo está bien en tu vida, todo marcha a la velocidad que debe ir… Respira, observa, siente…

Práctica.
Simplemente.
Mindfulness.

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